Antlers se presentaba como uno de los estandartes de guerra de Guillermo Del Toro al producir esta nueva entrega de simil terror psicológico con orígenes de mitos nativo-norteamericanos mezclado con traumas infantiles y relatos de superación de abuso, que en su premisa, narraba una historia bastante promisoria. Basada en “The Quiet Boy”, un cuento de Nick Antosca, quién también se encargó de producir ejecutivamente este film, que establece estas cuestiones con una prosa simple pero pesada en cuanto a significado se refiere. Prosa y cuento que no pudieron ser llevados en su totalidad de una forma inolvidable a la pantalla grande.
Mal traducida, como sucede casi siempre, bajo el nombre de “Espíritus Oscuros”, Antlers intenta ser una suerte de mezcla entre The Ritual de David Bruckner y Let Me In de Matt Reeves (notese que nombro a la remake norteamericana en vez de la original proveniente de Suecia), fallando en el intento por hacer algo tan simple e inmenso como dejar de desarrollar un guión que podría haber sido más. Antlers se presenta como la otra parte del terror hollywoodense, centrado en la autogestión e independencia e intentando dejar una moraleja que la verdad… no está.
LAS ACTUACIONES / LA TRAMA
Las actuaciones son un enorme punto a favor gracias a Keri Russell (Bedtime Stories, Mission Impossible III, y más), Jesse Plemons (I’m Thinking Of Ending Things, The Master y más) y un debutante Jeremy Thomas, quien encarna a Lucas Weaver, el niño pseudo protagonista de la historia. Los tres actores realmente hacen un gran papel y al mismo tiempo se ven eclipsados por una dirección algo mediocre a cargo de Scott Cooper (Black Mass, Hostiles, etc), quien no supo aprovechar en su totalidad su talento, tanto para las actuaciones como incluso para su dirección.
La trama deja vacíos enormes de guión pudiendo desarrollar muchísimo más las debilidades del antagonista como también el pasado y presente de los protagonistas, para lograr una empatía necesaria que nunca termina de aparecer.
Esto determina una cierta de catapulta del film al olvido cuando podría haber sido memorable.
LO BUENO:
Sumado a lo ya dicho en las actuaciones, la dirección de fotografía es preciosa y enmarca bastante buenos frames del cine de terror. Además el no contar con lo básico de screamers, ayuda a sumarle unos puntos más a la producción para no caer en lo básico.
Además, se nota la influencia de Guillermo del Toro a la hora de dar vida a un Wendigo increíble en su diseño y CGI.
LO MALO:
Repitiendo un poco lo que se puede leer arriba, el desarrollo del guión y de los personajes es muy pobre, sumado a un final abierto que poco tiene que aportar. Lo malo en su totalidad sería ver cómo se dejo pasar una gran oportunidad de un buen film.
Conclusión: Antlers desgraciadamente hizo agua en un año en el que el terror puede posicionarse como de lo más importante en el cine.
Puntaje: 40/100