SE DESPIDE CON «LA BAYADERA»
Acompañada por Luis Ortigoza y el Ballet Estable del Teatro Argentino de La Plata realizará tres funciones en el Luna Park.
Rodeada por el director del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, licenciado Juan Carlos D´Amico; el administrador general del Teatro Argentino, Leandro Iglesias;
la madrina del Ballet, Karina Rabolini, el productor Lino Patalano y su compañero de rubro, el bailarín chileno Luis Ortigoza, Eleonora Cassano confirmó sus últimas actuaciones como bailarina clásica.
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Las funciones que se ofrecerán en el Luna Park el viernes 29 y sábado 30 de este mes, y el próximo domingo 1º de julio, constituirán las últimas en las que la bailarina, otrora compañera ideal de Julio Bocca, se despedirá de la danza clásica.
Acompañada por Luis Ortigoza, figura del Ballet de Santiago de Chile, el Ballet Estable del Teatro Argentino dirigido por Mario Galizzi y la Orquesta Académica de Buenos Aires dirigida por Carlos Calleja, ofrecerá “La Bayadera”, con música de Ludwig Minkus y coreografía de Ortigoza, basada en el original de Marius Petipa.
UN TRABAJO EN CONJUNTO
La labor del Teatro Argentino junto a la Cassano ha sido más que completa, ya que se trata de una institución que se ocupa de cada uno de los detalles de sus producciones.
Esto último incluye la escenografía, que le corresponde a Fabián Giménez, el vestuario de Viviana Serafini y la iluminación de Esteban Ivanec.
En la presentación, Cassano mostró dos de los modelos que usará durante la presentación, en el papel de Nikiya.
LA ELEGIDA
La pregunta principal era obvia, ¿por qué Eleonora eligió ´La Bayadera´ para su, paradójicamente, canto del cisne?
“Desde el punto de vista del ballet es uno de los más completos, y además me permite mostrar a partir del personaje de Nikiya, a esa mujer tan fuerte, tan sufrida. A esta altura de mi vida no tengo sólo que mostrar cosas técnicas sino encontrar mundos que ejecuten los recursos que aprendí durante toda mi carrera”.
Durante la presentación no podía faltar la emoción, al saber que serán las últimas ocasiones en las que Eleonora regalará su magia clásica al público: “Me siento muy honrada y agradecida con el Luna Park, del que tengo tantos excelentes recuerdos, sobre todo de Tito Lectoure, de estar acompañada por toda esta talentosa gente, de cumplir mi sueño de retirarme con un ballet completo. Y que sea con el Ballet Argentino, con el que ya realicé funciones en La Plata… aunque espero que sea distinto porque después de 20 años de no interpretar un ballet completo ¡me dio un chucho! Parece increíble, pero me sigue pasando, uno no pierde ese miedito, pero me permite hacer un personaje inolvidable en una obra bellísima”.
Mientras recibía el homenaje de todos los que la rodeaban, Cassano dejó escapar algunas lágrimas, sobre todo al agradecer a Lino Patalano.
La madrina del Ballet, Karina Rabolini, será la encargada de entregarle un reconocimiento el 1º de julio, cuando se haya cumplido la última función: “Me siento más que honrada al tener a Eleonora al lado, orgullosa de esta embajadora argentina, y poder decírselo personalmente es algo que valoro muchísimo. Es nuestra y sé que no se está despidiendo del todo, que continuará a través de su trabajo, haciéndonos llegar todo su talento”.
VERSION ESPECIAL
En palabras de Ortigoza, “Vi por primera vez La Bayadera cuando era un niño. Recuerdo que su impresionante despliegue de imágenes me introdujo en un mundo mágico y místico, de princesas indias y coloridos personajes que protagonizaban una historia dramática, de amor, poder y traición. Quedé cautivado por esa cultura, sus códigos, colores y texturas. En especial quedó grabada en mi mente la magnífica y poética escena de El reino de las sombras. Esto fue fuente de inspiración cuando asumí por primera vez el rol de Solor y cuando empecé a trabajar en mi propia versión. ´La Bayadera´ es el ballet del repertorio clásico más perfecto jamás construido, el mayor legado que dejara el genio de Marius Petisa, cuya estructura original respeté, pero sumé dos danzas para los guerreros y los sacerdotes, y la escena de la destrucción del templo. También respeté colores específicos que forman parte de los códigos ancestrales de la cultura india (el vestido de Gamzatti de la última escena es rojo porque ese es el color de las novias), la grandiosidad de los palacios y la exuberancia de la vegetación que los rodea”.
Fotos gentileza: Guillermo Genitti – Teatro Argentino.
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