El mes de julio nos dejó dos novedades distintas pero direccionadas al mismo público: la tercera temporada de “Stranger Things” y la primera temporada de “How To Sell Drugs Online (Fast)”. En cuanto a público se refiere, obviamente estamos hablando del adolescente, aquel que está atento a todas las tendencias y lo nuevo de lo nuevo ni bien sale del horno. Les dejamos nuestros puntos de vista acerca de ambos programas.
HOW TO SELL DRUGS ONLINE (FAST)
En el caso de “How To Sell Drugs Online (Fast)”, la serie alemana no tiene pelos en la lengua a la hora de retratar qué cosas haría un joven enamorado que se ve inmerso en el dilema de su vida: ¿por qué lo dejó la novia? ¿Qué significa darse un “tiempo”? Y demás incógnitas. Lo que no se plantea el protagonista, Moritz, Maximilian Mundt en el mundo real, es que para intentar comprender el porvenir de su presente, la mejor solución es adentrarse en el mundo de la venta de drogas online. Secundado por Lenny (Danilo Kamperidis), su mejor amigo de toda la vida, a lo largo de seis breves capítulos, logran que se genere un alto nivel de empatía entre excéntricas formas de ser y aventuras bizarras primer mundistas.
Habiendo dicho todo esto, la conclusión más sencilla es que estamos ante una suerte de Breaking Bad europeo para teenagers que todavía no encontraron su vocación y se abarcan a decisiones innecesarias que podrían evitarse. El rol de la desesperación, la presión social, los cambios hormonales, y la simple búsqueda por encontrarse a uno mismo, se vuelven una constante que ayuda mucho a que sea llevadera la serie, e incluso dejando un cliff hanger en el final que amerita a que se haga, mínimamente, una segunda temporada.
Netflix está logrando que la gente salga de su zona de confort y comience a consumir proyectos de otros países que no sean ni Reino Unido ni Estados Unidos, teniendo a la cabeza a las series hispanoamericanas enfundando esta “revolución” televisiva. Veremos qué le deparará el futuro a esta prometedora historia.
STRANGER THINGS
En el caso de Stranger Things, el caso es mucho más masivo, simple, no tan rebuscado y algo predecible. Temporada a temporada, la serie se fue tornando más “familiera” y entrañable, en pos de dejar un poco de lado la seriedad y explotar más cuestiones como el crecimiento de los protagonistas, gags muy logrados pero que no suman en su totalidad, efectos especiales, cambios de ritmo y plot twists.
En esta tercera temporada, en donde Eleven (Millie Bobby Brown) se humaniza cada vez más entendiendo que es una pequeña joven buscando su lugar en el mundo… con superpoderes, con la difícil misión de soportar a Mike (Finn Wolfhard), su flamante novio, luego de aquel beso del último capítulo de la segunda temporada, y demás cosas que tiene que enfrentar una adolescente promedio en pleno proceso de crecimiento.
Si bien la trama central está un poco tomada de los pelos, y el introducir a los mismos factores de siempre y desenlaces recurrentes que se ven en el día a día de las nuevas producciones, la tercera temporada de Stranger Things termina saliendo ilesa y bien parada gracias a la gran química entre sus personajes y los momentos cómicos que iluminan los costados mediocres de la trama.
Como se sabe, un gran guión puede hacer lo que quiera.
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