Moris


Tras el concierto en el teatro Gran Rivadavia, Moris planteó a El Resaltador la intención de continuar tocando junto a su hijo, Antonio Birabent, “si es posible también por el interior del país y después cada uno va a seguir con sus proyectos personales”. Para el artista de 78 años, “No hay nada mejor para un artista que estar arriba de un escenario aunque ya no tengas 20 años. En cada presentación siento el hormigueo en el estómago antes de salir a escena y eso significa que me divierte el momento. Por eso sigo», concluyó.

El creador de temas como «El oso», «Muchacho del taller y la oficina», «Mi querido amigo Pipo», o «De nada sirve», entre tantas otras, remarcó la intención que «el nuevo disco que hicimos con Antonio, ‘La última montaña’, si bien ya se encuentra en las plataformas digitales, próximamente será editado en forma física, porque sigo creyendo en ese formato y además porque habrá un apoyo del Instituto Nacional de la Música (INAMU)».

«No es sólo mi pensamiento sino también el de Antonio que sigue pensando como yo, aunque cada vez quedan menos lugares donde venderlos, parece que fuera un objeto de culto”, agregó.

«Los que fueron a los conciertos del Parque Centenario o al CCK, saben que en el próximo no se van a encontrar sólo con las canciones nuevas, también habrá algunos clásicos que nunca dejé de cantar, lo mismo Antonio. Y siempre hay algún estreno, porque mi intención es sacar un nuevo disco solista el año próximo», adelantó el artista con más de 60 años de trayectoria.

«Viste que en ‘La última montaña’ hay un poco de todo. Rock por supuesto, pero además tango y balada. En definitiva son todas canciones compuestas entre los dos», contó.

De ahí es que te encuentres con la melancolía de «Nieva en Buenos Aires», un clima especial con «Mil hombres y mil mujeres», el ritmo del estilo de «Sábado a la noche» que lo hizo triunfar a Moris en España, mezclado con «El zorro», la mística de «Ciudad extraña» y el cierre con «La última montaña» que corona la producción de uno de los discos del año.

«Fijate -me cuenta Moris con confianza- que ‘Familia canción’, que fue el primer disco que hicimos con Antonio, fue muy pensado con tiempo y dedicación. Éste surgió sin pensarlo. En su momento creímos que el primero iba a ser el único juntos, pero al empezar a intercambiar temas, nos dimos cuenta que había otro disco y no podíamos dejarlo pasar».

«Quiero aclarar también que no fue un disco que salió por la pandemia. Por el contrario, las canciones surgieron mucho antes y por eso salió tan variado. Si querés es melancólico como en los ’70, pero tan moderno como el 2021”.

“No me quiero olvidar de estos dos grandes músicos que nos acompañan: Víctor Volpi y Lolo Micucci, que también fueron partícipes de la producción y los arreglos», subrayó Moris. «Es un canto de esperanza, sobre todo de libertad, que en definitiva es sinónimo de rock”

Uno puede pensar que en las presentaciones se pueden agregar temas de uno u otro intérprete, de esos que la gente pide («El oso», «Pato trabaja en una carnicería», «Sábado a la noche», «El mendigo del Dock Sud» de Moris, o «Salgo a caminar», “A mí la lluvia”, «Río en espiral» o «Madrid» de Antonio), pero, aclaró Moris, » a medida que pasan los conciertos vamos agregando lo que nos gusta. La pasamos muy bien los dos arriba con los músicos, formando un equipo de primera».

«Vos sabés que una canción que me piden mucho los chicos jóvenes es ‘De nada sirve’, pero es difícil que la haga en vivo porque la grabé solo en el estudio con la guitarra. Así salió nomás de una toma, entonces me parece que recrear aquel clima, hoy sería complicado. Para mí ese tema marcó un tiempo de desesperación, de depresión, de caída, que por ahí hoy los chicos pasan por esa situación y les pega, pero honestamente no volví a hacerla en un recital», confiesa en el final.


 

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