El próximo 12 de enero, los cines argentinos presenciarán el estreno de una de las películas que estuvo en boca de todo el mundo el pasado 2022. Una película que forma parte de una inminente trilogía que creo que ni su creador se esperaba semejante respuesta. Estoy hablando de “Terrifier 2” de Damien Leone, la secuela de “Terrifier” (2016), una propuesta de bajo presupuesto de terror con mucho pero muchísimo gore y la figura de un misterioso payaso que no habla pero que hace bastante ruido.
La historia se basa en Art, El Payaso, quien vio la oscuridad allá por el 2011 en el corto “Terrifier” y luego volvería a aparecer en “All Hallow’s Eve” de 2013 y a comenzar a confeccionar, con la ya mencionada larga duración del 2016, un culto por la estética slasher y las películas de los 80’s. Si nos adentramos en la narrativa de la primera película, “Terrifier 2” redobla todo tipo de apuesta. Desde la duración, con unos más que aceptables 138 minutos (debo decir que hay 30 o 40 de más) de muertes macabras, retorcidas y tremendamente logradas por el verdadero protagonista de esta historia.
Ya mencioné a Damien Leone, director y guionista de esta película, quien también se encarga del maquillaje artístico y FX en una travesía independiente que con poco logró mucho. De los tres roles principales que cumple, Damien sobresale en 2, dejando un poco el guión de lado aunque se rumoree que en la tercera parte de esta saga va a atar varios cabos sueltos, teniendo en cuenta una dirección impecable de puro histrionismo ácido en conjunto con algunas de las tomas más sangrientas de los últimos tiempos.
No hay mucho para enfocarse en términos de trama aunque se puede ver una crítica hacia el cine de terror moderno, intentando revitalizar lo hecho en las primeras épocas del género e incluso rememorando en diversas ocasiones a Frankenstein y a The Night Of The Living Dead, además de agregar un filtro que se asemeja a lo hecho por Panos Cosmatos en algunos usos de la gama de colores y en desenvolverse en los clichés del estilo junto al cine clase B.
Se le otorga otro tipo de enfoque a Art, El Payaso llevándolo hacia lares satánicos sobrenaturales sanguinarios escatológicos, digno de material de alguna banda random de goregrind, con preguntas que aún no tienen respuesta.
La labor de los actores y actrices es correcta, con algún que otro altibajo, pero que en la imagen completa van perfecto con la tonalidad que pide el film
El soundtrack es perfecto con oscilaciones de la onda de Carpenter en The Thing o Johansson en Mandy, intercalando con canciones comunes que no desentonan y los easter eggs de bandas de metal en el cuarto de uno de los personajes, mostrando posters de Carnifex, Overkill, King Diamond, Arsis, Carcass, Slayer y más.
Además, cuentan con otro easter egg que es de darle vida a Selfie King, un personaje que se toma una foto con la protagonista y tiempo después terminó perteneciendo a este particular universo inundado de sangre, visceras, sesos, intestinos y armas ingeniosas.
Hay una clara intención de hacer algo distinto y de separarse del resto, además de la valía de la autogestión llegando a grandes audiencias, sobre todo en los recursos humorísticos, los efectos especiales, la magistralidad del personaje de Art (odiado y amado seguramente) y la dinámica, aunque a veces se ahoga cuando nada en los mismos parámetros de siempre y el peso de un guión que no termina por ser del todo claro no ayuda mucho, sobre todo teniendo en cuenta la extensa duración innecesaria.
Conclusión: para lxs fanáticxs del cine de terror extremo y bizarro, acá tienen su nueva saga preferida. Para quienes son sensibles de estómago, mejor miren para otro lado. Es bastante difícil que si no te gusta el género termines disfrutando esto. Aún así, aplausos para Leone y su equipo. Por algo están haciendo historia…
Puntaje: 74/100