“En el barrio turístico de Palermo, entre el ruido de copas y charlas distendidas en idioma extranjero, donde todo parece tener un aire moderno y amable, allí late en un pulmotor Adolf, un niño, un nuevo Führer. Es el secreto mejor guardado de la Bayer. Camuflado en las instalaciones de un centro cultural, en el fondo de esa casa, en un galpón donde funcionó un mítico teatro porteño, allí se prepara su salida al mundo. Habrá champagne, kabaret alemán, circo y payasos. Es el día 30 de Abril. El día que se suicidó el líder o quizás el día que se simuló ese acto. Es un nuevo amanecer, deforme, siniestro, que nos enfrenta al espejo de nuestro abismo. Es Der Kleine Fuhrer y tiene la impronta de nuestro Ser Nacional.” Con una introducción más que atrapante, Der Kleine Fuhrer habita en el Centro Cultural Thames hace meses todos los domingos a las 20 hs, dándote la entrada a un mundo surrealista no tan irrealista que se hinca en la piel desde el primer instante. Eugenio Soto, su director y autor, nos cuenta sobre todo el detrás de escena y nacimiento de una de las propuestas teatrales más interesantes del año…
ER: ¿Cómo se dio el proceso creativo y de creación de Der Kleine Fuhrer?
Eugenio: El proceso creativo comenzó en el año 2020, durante la pandemia. Escribí la obra en sus líneas
centrales. Luego en el año 2021 se pudieron comenzar a desarrollar los ensayos y se fue
reescribiendo ese primer texto del año 2020. A fines del año 2021, se hicieron tres ensayos
abiertos, que nos sirvieron como pre-estrenos para ver una primera reacción del público ante
el relato. Finalmente, se estrenó en el año 2022 en Sala de Máquinas.
ER: ¿Cuándo comenzaron los ensayos y cómo dieron con el elenco de la obra?
Eugenio: Bueno, como dijimos en la pregunta anterior, los ensayos comenzaron en el año 2021. Esos
ensayos, se vieron interrumpidos cuando se volvió al aislamiento social preventivo y
obligatorio durante un breve periodo de tiempo ese año. Cuando volvimos a ensayar, fuimos
denunciados por los vecinos ya que no se podía tener reuniones grupales. Eso nos motivo con
mayor fuerza a tratar de encontrar un lugar donde ensayar. Ricardo Bartis nos prestó el
Sportivo Teatral que en ese momento estaba sin actividad por todo el episodio pandémico. De
manera que nos encerramos allí a ensayar y eso fue motivador y también constituyó una
experiencia extraña. Era como ensayar en un teatro fantasma sin tener certezas de que la
pudiésemos estrenar.
En cuanto al elenco de la obra, todas las personas que participan tenían relación conmigo en
un sentido teatral. Con algunas (Darío Pianelli, Pedro Alonso, Lucas Delgado) ya había
trabajado en Bufarra y en La noche oscura. Al resto del elenco (Jazmín Diz, Karen Hawryliszyn,
Julia Perez Ortego, Vladimir Klink, Micaela Alonso) los conocí en las clases de actuación,
fundamentalmente en la U.N.A. Y Félix Padrón, quien desarrollo el espacio escénico y la
iluminación, venimos trabajando juntos desde un grupo anterior: Teatro berreta de cámara.
Con quien hemos desarrollado trabajos desde el año 2002.
ER: ¿Cómo vienen viendo el feedback con la gente al adentrarse a un tópico tan particular e
histriónico?
Eugenio: La gente nos comenta que si bien la obra tiene una dosis de humor, se quedan pensando
mucho en relación a muchos textos de la obra y también en la actualidad que cobra en este
momento político de la Argentina.
ER: En cuanto al guión, ¿cómo decidieron el tener a Palermo como lugar para retratar la obra?
Eugenio: Como dijimos en una de las preguntas anteriores, nuestro primer espacio de estreno fue Sala
de Máquinas. Una sala muy particular, en pleno tribunales, que es el sótano de un edificio de
oficinas de abogados. Es decir, que no es un espacio convencional de teatro. Eso le daba a la
obra un carácter mas opresivo ya que se hacia mas presente la idea de estar en un sótano o
bunker. Este año, volvimos al Sportivo teatral, donde la habíamos ensayado y donde habíamos
hecho esos pre-estrenos. Fue bastante especial para muchos de nosotros volver a ese espacio
ya que el Sportivo Teatral había sido vendido y muchos habíamos tenido mucha relación con
ese espacio. Decidimos volver ahí para mantener algo de la experiencia teatral que ese espacio
dio a la Ciudad de Buenos Aires. También fue un intento de mantenerlo vivo en nosotros
mismos.
ER: ¿Qué te gustaría que se lleve la gente de la obra en cada función? ¿Por qué sentís que es
necesaria en estos momentos tan particulares?
Eugenio: Me gustaría que la gente se llevara la experiencia de haber visto una actuación visceral y
potente en donde se combine algo muy lúdico y que le permita pensar sobre eso que vio. En
síntesis, me gustaría que la gente se sienta tocada.
Me parece que, en estos momentos, permite reflexionar sobre el carácter de la “anti-política”
como una falsa salida. También sobre la gestación de los discursos de odio y la necesidad de
que la política pueda volver a ofrecer utopía.
En estos momentos, parecería que la gestación de lo monstruoso en un sentido político está
muy próxima.
También, la necesidad como humanidad de volver a ofrecer un legado de vida y no de guerra y
muerte.
ER: ¿Cuáles son tus planes para el resto de este 2023?
Eugenio: Seguir con las funciones de Der Kleine Fuhrer y también tener continuidad en un espacio de
entrenamiento y clases que estamos desarrollando con Darío Pianelli y Jazmín Diz.
ER: Una invitación al público que todavía no vio la obra
Eugenio: Desearíamos que se acerquen a Thames 1426 los domingos a las 20hs. para ver un trabajo de
teatro independiente en el que creemos y en el que trabajamos por mucho tiempo. Que se
sientan participes de esa experiencia y atravesados por la misma. Los esperamos.
ER: Siempre nos gusta dejar la última como espacio para el, en este caso, entrevistado, para que
te expreses y digas lo que quieras
Eugenio: Me gustaría agradecer el espacio de difusión de esta entrevista y también decir que nuestra
manera de hacer teatro no es simplemente hacer un espectáculo. Nuestra manera de hacer
teatro es un modo de transitar la vida y afirmar algo en ella.