EVERYTHING, EVERYWHERE, ALL AT ONCE: EMPATÍA DISFRAZADA DE LOCURA AUDIOVISUAL

Hoy, jueves 2 de junio, llega a los cines EVERYTHING, EVERYWHERE, ALL AT ONCE producida por los gigantes A24 (The Green Knight, Midsommar, A Ghost Story, y más) y dirigida por Daniel Scheinert y Daniel Kwan, mejor conocidos como los Daniels, quienes también estuvieron detrás de Swiss Army Man (2016) y varios proyectos. Con la inmensa Michelle Yeoh (Crouching Tiger, Hidden Dragon / Memoire Of A Geisha / Shang-Chi y más), el increíble Ke Huy Quan (¿se acuerdan del niño de Indiana Jones? ES EL.), la legendaria Jamie Lee Curtis (Halloween, Knives Out, Freaky Friday, entre otras), el entrañable James Hong (Blade Runner, Chinatown, Kung Fu Panda y un largo etc), y la sorpresa Stephanie Hsu (quien participó en Shang Chi recientemente), además de un abanico de actores y actrices que lograron que este film sea diferente. ¿Por qué? Ya vamos con eso.

 

El detalle, que por ninguna razón en particular encabeza esta reseña, de la producción a cargo de los hermanos Russo (conocidísimos por sus roles como directores de la saga del infinito de los Avengers), es algo peculiar, ya que por muchos momentos Everything Everywhere All At Once parece un simil beef al multiverso cinematográfico de la gran compañía Marvel / Disney, entregando este peliculón que de alguna manera u otra… abarca un multiverso.

Inmersos en un surrealismo de ciencia ficción, la historia se centra en la familia disfuncional de Evelyn, acompañada por su incondicional marido Waymond y su hija Joy, que al estar inmersa en deudas, la sombra y el desapego de su padre, se torna fría, vacía y como si vida fuese un cassette en loop con canciones grises. De un momento para el otro, conoce a otra versión de su pareja, proveniente de un universo paralelo, que cambiará el rumbo de su historia y la existencia de su realidad. A base de humor en todas sus vertientes, acción a puras artes marciales, efectos especiales de otro planeta y una actitud pochoclera que al fin y al cabo, es hermosa en su sarcasmo y sus golpes contundentes hacia el presente del séptimo arte que vivimos.

El guión se vuelve gigante al pasar cada segundo de las 2 horas y 20 minutos de duración, mostrando lentamente como disfrazan problemas familiares y de comunicación humana a puro color y viajes universales. Revistiendo una verdad constante de locura audiovisual. Everything Everywhere All At Once es un gran film de pies a cabeza, como si pusieran Matrix y Eternal Sunshine Of A Spotless Mind en una licuadora con pizcas de toques irreverentes, mucho color y empatía por doquier. En mi opinión, creo que cualquier persona va a poder encontrar un punto, personaje, situación o al menos una frase que se adentre en su alma y pueda identificarse.

Simplemente excelente. Vayan al cine para vivir esta gran experiencia.

Puntaje: 95/100

Bookmark the permalink.

Comments are closed.