THE WHALE: “Autodestruirse para encontrarse”

Tiempo. Mucho tiempo pasó desde la última vez que me costó enfrentarme a escribir sobre una película, historia, review de disco, recital, lo que sea.
Y volvió a suceder. Esta vez respecto a THE WHALE, la nueva película de Darren Aronofsky, gran director detrás de una tremenda filmografía que tiene en sus filas películas como “Requiem For A Dream” (2000), “Black Swan” (2010), “Mother” (2017), entre otras que merecen muchísimo de, justamente, tiempo para verlas y apreciar su arte y mensaje.

Tiempo. Es eso que creemos que tenemos y en realidad no es tangible y ni por asomo poseemos. Tiempo es lo que se nos escapa de las manos constantemente y cuesta comprender hasta que lo empezamos a añorar.
A la vez, tiempo es lo que necesitamos para sanar, para entender el por qué de los desastres y las variables insistentes de la vida.
The Whale trata sobre el tiempo. De alguna manera, no propiamente dicha, pero trata sobre eso. Cuenta una historia que puede ser interpretada de muchísimas formas, aunque es verdad que hay una línea temporal principal que es la que clama con virtud la verdadera naturaleza del film, pero es que Aronofsky invita siempre a eso en cada una de sus obras.
Y nunca mejor dicho obra porque The Whale nace de una obra de teatro creada por Samuel D. Hunter, quien también escribió y colaboró para realizar esta película que tranquilamente se posiciona como una de las mejores del 2022.
Que esté protagonizada por el inmenso Brendan Fraser, estrella de películas como “The Mummy”, “Crash”, “George Of The Jungle”, o la inminente nueva de Scorsese, “Killers Of The Flower Moon”, en su nueva etapa como actor, luego de que realmente intentaran arruinarle la vida, no es coincidencia. Sacando el lado superficial, hay mucho de Charlie en Brendan a la hora de ser él mismo, abrazar sus aciertos, perdonar sus errores y poner en pos por sobre todas las cosas el rol humano y de buena persona. La actuación de Brendan invita a la empatía desde el vamos, al entendimiento y ponerse en el lugar del otro, sin necesidad de vanagloriarlo, martirizarlo ni tampoco sentir lástima. Cada detalle está bien cuidado y aprovechado para cuestionarse miles de accionares, creencias y hechos, en tiempos donde lo políticamente correcto pide primer lugar sin pedir permiso ni análisis mediante.
En “The Whale” nos vemos inmersos en las decisiones de las personas que habitan la obra.
La grata sorpresa de encontrarlo a Ty Simpkins, conocido por sus papeles en “Iron Man 3” y “Jurassic World”, desgranando una actuación, la más orientada al teatro de todos los personajes sobre todo teniendo en cuenta la dinámica del espacio, increíble y que lo muestra en un nuevo confort más que interesante, a lo mismo que Sadie Sink, que quizás vuelve a encontrarse con un papel parecido al suyo en “Stranger Things”, pero que ambos manejan el lado más adolescente o joven de la cinta desde un lugar primordial para la historia. Además de contar con las geniales participaciones de dos actrices que, creo yo, están bastante infravaloradas, como lo son Hong Chau, conocida por papeles en “Inherent Vice”, “The Menu” o “Downsizing”, y Samantha Morton, que estuvo en “Minority Report”, “Synechdoche, New York” o “Fantastic Beasts”. Ambas imparten el cuidado y la mirada materna a la obra, logrando en conjunto un minimalismo marcado en donde lo más importante siempre va a ser el guión y lo que los protagonistas puedan explotar con su talento.
Hay algo en “The Whale” que incluso se anima a confrontar con el cine de hoy en día, remarcando y humanizando en su plenitud las vidas de quienes vemos en pantalla, dividiendo un poco lo que es la realidad de la ficción, para empezar a adentrarnos en la vertiente más disconformista sobre todo lo que ocasionan las acciones que tomamos. Hay que destruir para construir, y viceversa, y en ese dolor de la autodestrucción, contemplar un nuevo nacimiento sin necesidad de caer en lo estrictamente religioso.
Aronofsky vuelve a plantear una postura en contra de los dogmas, pero desde un lado más optimista centrado en la fe, el creer en algo y no a alguien. Lo abstracto de las creencias residen justamente en eso y que la belleza reside dentro de cada persona, y no por fuera. Lo superfluo es un mero disfraz, solamente hay que escuchar.

CONCLUSIÓN
En lo personal, me encantaría verlo a Brendan Fraser coronar este hermoso momento que está pasando con un Óscar. Se lo merece más que nadie. Perdón por hablar desde un lado más de gustos, pero me es inevitable. The Whale es una película hermosísima, difícil de ver, difícil de digerir. Denle una oportunidad y abran los ojos.

PUNTAJE: 90/100

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