Venom II: Let There Be Carnage o una simple excusa para lo que se viene

Venom II: Let There Be Carnage llega a los cines de una forma muy esperada. Pero quizás, esa espera y expectativa, estén direccionadas para otro lado desde el vamos. Filtraciones, teorías, conspiraciones y demás detalles del multiverso que se aproxima en la cinematografía de Marvel, que hace tiempo ya no se divide en Disney, Fox y Sony, sino que han pasado a formar parte de un todo, marca un antes y un después en el panorama del cine comercial.

Habiendo dicho esto, esta secuela de Venom, comenzada en 2018 a base de Tom Hardy encarnando a Eddie Brock y viviendo las desventuras brutales del simbionte más querido y aclamado de todos, se encarga de presentar al nemesis más grande quizás del villano ahora hecho antihéroe, llamado Carnage, encarnado por Woody Harrelson, en el medio de una trama en la que el amor, la violencia, el desencuentro y mucho CGI están en el medio para propinar una nueva entrega a este gran universo, dirigida por nada más y nada menos que Andy Serkis (conocido por haber sido Gollum en El Señor De Los Anillos, entre otras criaturas, y haber dirigido Mowgli, y más).

LAS ACTUACIONES

Notarán que obvié hablar de la trama y es que prácticamente no hay mucha. Eddie Brock (Tom Hardy) intenta convivir con el hambre de Venom y eso hace que discutan constantemente, mientras Cletus Kassady (Woody Harrelson), un asesino en serie, intenta entablar una simil amistad / enemistad con el protagonista y al mismo tiempo salvar a su amada, para luego convertirse en Carnage y tener una gran pelea de simbiontes.

Habiendo dicho esto, las actuaciones son algo erráticas, con Woody Harrelson y Naomi Harris como antagonistas, teniendo papeles algo forzados por momentos y que no terminan de conectar del todo con los demás, mediante una dirección en la que Andy Serkis también realiza un patrón irregular, comenzando la película a lo Sam Raimi en Spiderman I con esa cruza entre el séptimo arte y los cómics de forma visual, para recaer en escenas rápidas de acción que carecen de mucho vuelo creativo y explicación con tal de quedar bien. Hay dos lados muy fuertes en la conexión de actores y actrices y de personajes que no terminan de encontrarse en un desarrollo rápido (más teniendo en cuenta que dura solo 97 minutos), que no termina en nada.

LO BUENO

SPOILER ALERT: PERO LA ESCENA POST-CRÉDITOS ES A LO QUE VINIMOS Y LO QUE QUEREMOS. Y este es un factor bastante malo, ya que hace que se pierda completamente la razón de la película. Pero hay que admitir que Tom Hardy hace este papel caminando y la química que tiene con su alter ego es brillante, graciosa y espeluznante. Hay muchos paneos visuales y fotografía en los primeros 45 minutos del film que están muy bien logrados, sobre todo en los dibujos de Kassady. Pero luego de eso, no hay mucho más, ya que las escenas de acción serían de lo mejor si fuese una película R-Rated y pudiéramos ver chocolate por doquier.

LO MALO

Siguiendo con lo dicho en “lo bueno”, esto al mismo tiempo es malo. El ver a Carnage realizar realmente una matanza y que no haya nada de sangre ni la verdadera violencia y brutalidad que define al personaje, deja mucho que desear para esta película apta para mayores de 13 años.

El desarrollo de Cletus Kassady y su relación con su simbionte es nulo, prácticamente despachando un personaje icónico en menos de una hora y media, sumada a las actuaciones de los ya nombrados Harrelson y Harris (en el papel de Shriek), y un detective Mulligan a cargo de Stephen Graham (Snatch), que por momentos parece demasiado sobreactuado.

Conclusión: se siente realmente una película de transición para conectar lo que se aproxima, que obviamente será increíble y deja con muchas ganas de más. Pero el film como film, no transmite ni ofrece mucho más que un poco de acción de 10 minutos que no pueden levantar algo que parece estar hecho a las apuradas y sin ganas.

Puntaje: 35/100

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