Había algo en el aire aquella noche que avisaba el comienzo del mes de abril. Sábado algo lluvioso, el regreso del otoño y la inminente sapiencia de que en unas horas ALCEST volvería al país a hacer historia. La cita era en UNICLUB con bandas invitadas de la talla de PARA ESTABLECER UN RÍO y .MAR, ante el anuncio de contar con una fecha completamente sold out, con la organización de RUEDA DE LA FORTUNA PRODUCCIONES, a quien desde ya agradezco por la acreditación a la fecha. Esto es lo que pasó hace unos días en el recinto del Abasto…
Pasado el set de .MAR, quienes con 4 presentaciones en vivo a cuestas, ya estuvieron presentes en las últimas visitas de Gojira y Trivium al país, además de un Club V agotado de hace unas semanas, con su disco “Mar I” lanzado en 2022 a cuestas, llegarían, desde La Plata, los PARA ESTABLECER UN RÍO, para hacer un set cuasi de corrido de su inmenso post rock con toques emocionales y vibras devocionales dejando todo en cada melodía, armonía y grito. Canciones como “El Cauce” y “Tundra” se hicieron sentir fuerte en el pecho de cada persona que asistió aquella noche en donde los mapas del fuego establecieron el río en épocas donde el tiempo no pudo salvarnos, los argumentos menos. Increíble media hora de una banda que tiene muchísimo por decir y pregonar.
Las expectativas colmaban el ambiente (y los celulares también), ya que al abrirse el telón, después de 5 años de espera con una pandemia mediante, Neige y los suyos aparecían en el escenario para dar rienda suelta a la música de ALCEST, libre, etérea y cristalina como siempre, donde los géneros se vuelven difusos y lo único que importa es el sentimiento vertido en cada canción, en las que quizás las pocas palabras entre tema y tema representaban mucho más en el carácter de un frontman introvertido que deja que las sensaciones se apoderen de cada oyente.
Si bien el tour era en pos de presentar “Spiritual Instinct”, su último disco lanzado en 2019 en estos lares de Sudamérica, solo sonaron las tres iniciales de dicho álbum, “Les Jardins De Minuit”, “Protection” y “Sapphire”, incluso colocadas al principio del set, con “Ecailles De Lune Pt. 2” en el medio, dejando entrever un más que hermoso recorrido por toda su discografía e incluso en vista de algunos pogos y agites que aparecieron en canciones como “Percées de Lumière” y “Sur l’océan couleur de fer” de los atisbos más álgidos de la época blackgaze del grupo allá por el 2010 con el disco “Ecailles De Lune”. Teniendo una seguidilla que rondaba el carácter más espiritual e ilustrativo abierto hacia el imaginario colectivo y consciente de las casi 500 almas invocadas con “Souvenirs d’un autre monde” del disco que lleva su mismo nombre del 2007, y distintas evocaciones de “Kodama” (2016) y “Les Voyages De L’âme” con “Oiseaux de proie” y “Autre Temps” respectivamente, para desaparecer unos minutos y bajar algunos cambios ante las últimas dos canciones de la noche: “Kodama” y “Delivrance”, única canción tocada de “Shelter” (2014), cerrando un aluvión de percepciones, perspectivas, vivencias y experiencias vertidas en casi 1 hora y media de show, donde sonaron blast beats, cambios climáticos y gratitud en su máxima expresión. Ante una promesa de un pronto retorno, Neige se arrodillaba frente a su Marshall con la guitarra en alto y una luz blanca iluminándolo para dar por terminado uno de los recitales más memorables de lo que va de este 2023.
Tercera visita para la banda francesa que un día después en Sao Paulo dio por terminado este magnífico tour sudamericano. Los esperamos siempre con los brazos abiertos.