ASFIXIADOS: “Los estragos de un guión inerte”

Los apellidos tienen peso, con todas las contradicciones que eso conlleva a la hora de afrontar una película, creación, obra y/o contenido a mostrar y difundir. Las acciones tienen agradables medidas y maneras gracias a las performances de los protagonistas Julieta Díaz y Leonardo Sbaraglia, que se desenvuelven en su relación sofocada por los años y las mentiras, mientras que al mismo tiempo la palabra “performance” se desfigura por algunos parámetros familiares que poco vienen al caso pero terminan haciendo presión en el resultado final, por lo que nombrar lo hecho por Marco Antonio Caponi, la incipiente Zoe Hochbaum y la participación inherente de Natalia Oreiro, mucho tampoco pueden hacer en todo esto que les rodea.

ASFIXIADOS, es la primera película de Luciano Podcaminsky, donde narra, o al menos eso intenta, una debacle matrimonial entre Nacho y Lucía, que entre una hija y vida de ensueño, aún así necesitan más y más, por lo que se hunden en engaños algo (bastante) evitables mediante cuestiones y problemas de personas con existencia primer mundista pero viviendo en el mal llamado tercer mundo. ¿A qué me refiero con esto? Es difícil para el público promedio, o al menos eso creo, el poder empatizar con un hombre adicto al trabajo que en su momento más complicado laboralmente, decide tomarse unos días para salir a navegar con su esposa y una pareja amiga por el río.

Las motivaciones son por de más vanas, y quizás si el enfoque estuviese puesto en la avaricia y necesidad impulsiva sería algo más entendible, pero nunca termina de definirse tal foco ni motivación hacia realmente qué quieren. Quizás esa asfixia que los titula sea el mismo ahogo en una vida de almohadones caros y camisas de seda, pero el verdadero enemigo de Asfixiados es nada más ni nada menos que el guión. O la falta de él propiamente dicha.

Se recurre constantemente a conversaciones redundantes y el llamado “morcilleo actoral” para poder rellenar la poca virtud detrás de sus líneas, que termina desembocando en un enorme descenso a la locura en el tercer acto, cuasi Lovecraftiano con las profundidades marítimas y sus azotes de realidad hacia el poder de la naturaleza frente a unos cuantos billetes.

Cinematográficamente y en cuanto a planos fotográficos, la película gana algunos puntos por ese lado con vistas hermosas y expresiones, sobre todo de Julieta Díaz que realmente es la única que le pone un poco de ganas, que terminan por levantar un poco una trama que desde el vamos se siente vacía y sin dirección.

Conclusión:

Asfixiados podría haber sido mucho, pero de alguna manera, con algo de olor a autoboicot o delirios de grandeza, termina por asfixiarse (disculpen el remate fácil) en sus propias palabras.

Puntaje: 30/100

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