El mal cautivo, una enfermedad que contagia a todos los personajes

Gracias a la gente de Malpaso Ediciones, entrevistamos al escritor Maurizio Torchio por su última novela, “El mal cautivo”, un intenso estudio sobre la vida en prisión de un condenado a cadena perpetua. Él en Italia, nosotros en Argentina. El idioma elegido, el inglés, pero la universalidad de la literatura hizo el resto.

-Hablemos del proceso de escritura en primera persona y la razón de por qué el protagonista es anónimo.

-Comencé con la tercera persona, entonces inexorablemente se desvió hacia la primera… (como casi siempre me pasa) Usar la primera persona me ayuda a transmitir una especie de aflojamiento de la realidad que sucede a medida que se desarrolla la historia. El protagonista es anónimo y está en una cárcel sin nombre, en un país sin nombre, porque las cárceles de todos los tiempos y lugares son mucho más parecidas de lo que nos gustaría pensar.

-¿Cómo nació la historia?

-Escuchando una emisora radial italiana llamada. Se trata mayormente sobre las cartas escritas por los presos, o llamadas realizadas por alguien que recién salió de la cárcel. O miembros familiares, o abogados. La escuché porque me pareció “interesante” (sin preguntarme demasiado por qué). Después de uns meses me di cuenta que era porque, aunque en un contexto tan diferrente a mi vida cotidiana-en efecto, precisamente en un contexto tan diferente de mi vida cotidiana- enfrentaba cuestiones que, de alguna manera, nos afectan a todos: las esperanzas del futuro, los arrepentimientos del pasado, las consecuencias de las propias elecciones, la búsqueda de márgenes de autonomía en situaciones hostiles. Es un espejo. Un espejo deformante, y por ello aún más interesante.

-El cautiverio, el encierro mismo, se presenta de muchas formas en el libro, incluido el secuestro, ¿Cuál fue el atractivo de escribir sobre la claustrofilia?

-Quería que los límites entre víctimas y perpetradores se desdibujaran (porque así son). Uno de los absurdos de tener cárceles inútiles y crueles (como son las cárceles en casi todas partes) es que de alguna manera pueden autorizar a los que están encerrados a sentirse víctimas. Pensar: es verdad, me equivoqué, pero ¡mira lo que me está haciendo el Estado! … Estamos a mano. Su culpa cancela la mía. El personaje principal está en la cárcel por un secuestro. Esto hace que le resulte más difícil juzgar a sus captores, los guardias de la prisión. Para juzgarlos malvados y auto absolverse.

-Hay muchos detalles sobre la vida en prisión, ¿Cómo hizo su investigación sobre el tema?

-Leí mucho, escuché mucho, observé mucho. Las prisiones no son ni selladas ni silenciosas, continuamente nos están hablando (somos nosotros los que miramos hacia el otro lado). Luego también fui a la cárcel, encontré gente, siempre dejando en claro que no iba como un voluntario, o a escribir un panfleto de denuncia. Estaba allí para escribir ficción.

-La atmósfera del la historia es bastante opresiva, y el lector siente que todos los personajes son prisioneros, de una manera u otra. ¿Cuál fue el método de escritura para lograrlo?

-Me temo que me sale naturalmente…

-¿Cómo se inscribe este libro dentro de su obra?

-Mi último libro se llama “L’invulnerable altrove” (Los invulnerables en otra parte) y es la historia de una mujer que escucha una segunda voz, la voz de otra mujer, en su cabeza. Y aquí retornamos a la  claustrofilia que mencionabas antes. Una celda de aislamiento o una cabeza son lugares donde casi nada sucede, y todo necesita contarse.

-Nos comunicamos a través del inglés, aunque usted habla en italiano y yo en español. ¿Tuvo alguna injerencia en el título de las traducciones? En español se tradujo como “El mal cautivo”, que no posee la misma fuerza que “Cautivo”, del título original.

-“Cautivo” tiene ” tiene matices subjetivos y objetivos. Mantiene unidos el juicio moral y las condiciones externas. Espero que la traducción al español dé de alguna manera la idea de un veneno, de una enfermedad que contagia a todo el que entra en prisión, cautivos y custodios por igual.

-Luego de ver su documental “Votate agli stipendi Fiat” (Vota por los salarios de Fiat), ¿va a volver a ponerse detrás de las cámaras nuevamente?, ¿Cuál es el próximo paso, el siguiente libro?

-“Votate agli stipendi Fiat” (Vota por los salarios de Fiat) fue una experiencia extremadamente interesante y divertida, pero no creo que vuelva a pasar otra vez. Estoy trabajando en un nuevo libro desde hace casi dos años ya (y me temo que, como siempre, necesitaré por lo menos uno o dos más).

Entrevista de Blanca LópezDigiano

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