TRIANGLE OF SADNESS es una de las películas obligatorias, para quien escribe claro, del pasado 2022. Dirigida por el gran Ruben Östlund, conocido por The Square (2017) y Force Majeure (2014), arremete nuevamente con su característico cine de autor entre sátira, disconformismo ante la actualidad sistemática y social y una realidad que aparece detrás de un velo histriónico y efectivo en pos de realizar un buen tirón de orejas ante la división de clases y lo que conforma el capitalismo, al mismo tiempo burlándose de sus enemigos, el socialismo y el comunismo. Es decir, de manera brutal no deja títere con cabeza.
Protagonizada por Harris Dickinson y Charibi Dean (que en paz descanse), junto a más nombres emblemáticos como Woody Harrelson, Dolly De Leon, Vicki bERLIN, Henrik Dorsin, y muchxs más, la cinta de casi 2 horas y media se ve envuelta en personajes memorables por su performance, historia y desarrollo, con el guión siempre adelante llevando el film en conjunto a una cinematografía soberbia y una caracterización sublime.
Dividida en tres partes, Triangle Of Sadness va desentrañando relaciones inter e intra personales junto a sus ambiciones, cegueras y vivencias en una vida cómoda de lujos y superflua. El ímpetu de que cada acción lleva consigo una consecuencia (enorme por momentos) es en mucha medida el motor de la película, donde vamos viendo como decisiones humanas envalentonadas por la estupidez, conducen a desenlaces turbios, mortales y, obviamente, impensados.
Hay cierto volumen de impunidad detrás de los accionares de los personajes que al enfrentarse con la vida misma, terminan por caer rendidos a sus pies, donde realmente no existen pirámides sociales ni autoridades dispuestas por el dinero o un valor estético.
Desde una discusión en un lobby de hotel, el panorama del modelaje en todas sus vertientes, los negocios de las personas que lideran el 5% de riqueza mundial, lo imbécil que es tener un reloj de oro en una isla desierta, los roles del hombre y la mujer en una pareja, las contradicciones de un capitán de un yate y los anhelos de sus tripulantes, y muchas situaciones más que llaman a cuestionarse la modernidad y la (in)sensatez del ser humano.
Conclusión:
Triangle Of Sadness no es una película fácil. Incluso hay dichos de ser polémica innecesariamente. En lo personal, debo decir que es lo contrario. Políticamente incorrecta y con vida propia, estamos ante una película que decide no tener pelos en la lengua hasta gran parte del tercer acto. Quizás el final deje sabor a poco, pero es que la entrega constante de cachetazos de realidad abruma y pide más.
Puntaje: 92/100